
El producto de aparear ambas razas permitió desarrollar una nueva versión de Gatos Persas que presentan cuerpos del tipo "cobby", es decir, que son más pesados y cortos. La nariz de este felino es más chata y las orejas más pequeñas, contrastando con sus ojos que son de gran tamaño; por todo esto a los Persas se les suele decir "cara de muñeca".
La experiencia también permitió que el Gato Persa posea un pelo mucho más sedoso y se incrementó el número de colores del manto. Son animales menos esbeltos que los originales y más rechonchos, lo que los obliga a tener un carácter tranquilo, pasando buena parte del día durmiendo o descansando, motivo por el cual reciben otro de sus apodos: "Tigres del Sofá".
La raza de Gatos Persa son considerados como de difícil crianza, son animales que exigen mucho cuidado y dedicación de parte de los dueños. El período de gestación en esta raza ronda los 64 días y la Gata no suele dar a luz a más de 3 crías. Los pequeños acostumbran separarse de la madre recién a los e meses de vida.
Cabe destacar que también existe una variedad de Gatos Persa que provienen del Himalaya, éstos ejemplares tienen características similares a las de sus parientes de Inglaterra, salvo por el color del pelo, el que se asemeja más al de los Gatos Siameses.