Etapa de madurez en los perros

La madurez en los perros es reconocida por los expertos como el segundo período de la vida adulta de estos animales, antes de la que se conoce como vejez.


En los canes, la madurez representa un período de plenitud, durante el cual comienzan algunas modificaciones corporales, muchas veces imperceptibles pero significativas.


Aprendiendo a detectar estos cambios, los dueños de los perros podrían retrasar la evolución de las enfermedades frecuentes en esta etapa, en la cual una alimentación adecuada se torna esencial.


Madurez en los  perros


¿Cuándo comienza la madurez en los perros?

La madurez en el perro se inicia a una edad diferente según el tamaño o raza; los canes de razas grandes comienzan a envejecer a una edad más temprana que los de razas pequeñas. Puedes verlo más claramente a continuación:


- Razas pequeñas: a partir de los 8 años.

- Razas medianas: a partir de los 7 años.

- Razas grandes: a partir de los 5 años.


¿Qué modificaciones sufren en el organismo los perros adultos?

Como expresamos anteriormente, durante el proceso de maduración de los perros se empiezan a producir muchos cambios, entre los que se pueden destacar:


- Aumento de peso.

- Disminución de las defensas.

- Disminución progresiva de la función renal, cardíaca y hepática.

- Trastornos osteoarticulares.

- Incremento del riesgo a padecer tumores.

- Trastornos cutáneos.

- Formación de sarro y caída de piezas dentales.

- Alteración del tránsito digestivo.

- Deterioro de funciones en el sentido de la vista y en el del olfato.


Síntomas negativos a tener en cuenta en perros adultos 

Los cambios orgánicos que ocurren en la madurez van a aumentar gradualmente la sensibilidad del perro al estrés y a las enfermedades. Enumeramos a continuación brevemente algunos de ellos:


- Aumento de consumo de agua.

- Poca tolerancia al ejercicio.

- Dificultad respiratoria – tos.

- Mayor frecuencia y volumen de orina.

- Cambios de coloración de la misma.

- Perdida del apetito.

- Mal aliento.

- Perdida de pelo.

- Excesivo lamido y rascado.

- Diarrea o Constipación.

- Vómitos.

- Dificultad para movilizarse o incorporarse.

- Sedentarismo.


Comprender las necesidades específicas de la madurez y brindar una dieta adecuada constituyen la base de la prevención. Y, como siempre, consultar a su veterinario de confianza ante cualquier duda.


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