Enfermedades Perros: Cirrosis Hepática

Entre las enfermedades que pueden padecer los Perros se encuentra la Cirrosis hepática, una enfermedad crónica y progresiva donde se ve afectado el hígado, órgano responsable de más de 500 funciones vitales, el que puede llegar a disminuir su tamaño, perder su consistencia esponjosa y se produce la formación de pequeños nódulos.

La Cirrosis hepática representa la fase final de la mayoría de las enfermedades crónicas que atacan al hígado. Por ejemplo, una hepatitis crónica deriva en una Cirrosis. Entre las causas que, con mayor frecuencia, evolucionan hacia una Cirrosis aparecen las enfermedades infecciosas (leptospirosis, hepatitis infecciosa canina, etc.); las enfermedades inmunomediadas y el uso de fármacos (primidona, griseofulvina, acetaminofén, fenobarbital, etc.)

Existen ciertas razas de Perros que presentan una mayor predisposición a padecer la Cirrosis hepática, algunas son: Caniche; Cocker Spaniel y Americano; Labrador Retriever; Doberman; Bedlington Terrier y West Highland White Terrier.

¿Cuáles son los síntomas de la Cirrosis hepática canina?
La Cirrosis canina puede presentarse de dos maneras, con síntomas (denominada descompensada) o sin síntomas (que se conoce como compensada). Al iniciarse el proceso los síntomas pueden ser variados y a la vez inespecíficos: el animal puede tener pérdida de peso; letargia; anorexia; vómitos; tomar mucha agua (polidipsia) u orinar mucho (poliuria).

A medida que la disfunción hepática se torna más severa la piel del perro puede volverse de color amarillo (ictericia); pueden aparecer sangrados de manera espontánea o por golpes insignificantes (coagulopatías) y se puede producir colecta de líquido abdominal como consecuencia de la disminución de las proteínas (ascitis)

¿Se puede diagnosticar la Cirrosis hepática canina?
Existen diversos métodos para realizar un diagnóstico, desde una microhepatía (radiografías específicas), pasando por ecografías y hasta con pruebas bioquímicas, donde se procede a medir la cantidad enzimas hepáticas presentes en la sangre.

¿Tiene cura la Cirrosis hepática canina?
Lamentablemente por el momento no existe una cura para la Cirrosis hepática, pero la enfermedad puede ser tratada mediante la eliminación de fármacos, agentes infecciosos o tóxicos responsables de la aparición de la misma y realizando un control permanente de cualquier complicación que pueda afectar al hígado.

La consulta al veterinario es fundamental ante la posible presencia de la Cirrosis hepática canina, porque el profesional puede llegar a determinar qué fue lo que causó la enfermedad y realizar el tratamiento correspondiente.

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